En el principio de esta conferencia perseguiremos definir brevemente que es de hecho el YOGA.
Conocido hoy en día en  occidente bajo formas vulgarizadas y degradadas, el YOGA es, en realidad, y se mantiene así, una verdadera ciencia del ser humano que constituye en el mismo tiempo una disciplina espiritual extremadamente rigurosa y también muy eficiente.
La palabra sánscrita YOGA proviene de la raíz indo-europea YUG que puede ser traducida en español como unir, poner al unísono, fusionar. En el idioma sánscrito el sentido originario de la palabra YOGA es “carruaje” lo que corresponde a una representación del psíquico humano que se considera que es conducido muchas veces por unos caballos obstinados - las facultades de los sentidos, las pasiones que casi siempre se esfuerzan en dominar al conductor del carro, el intelecto BUDHI y las riendas en esta representación analógica, corresponden al mental, MANAS en el sánscrito.
Esta representación tradicional es mencionada en las más antiguas escrituras de la sabiduría oriental, los Upanishad. Según el punto de vista de éstos, el alma incapaz podría ser conducida de una manera irremediable hacia el abismo si no pudiera usar este camino espiritual milenario que es el YOGA, método que  le va a permitir sin embargo dominar mejor los caballos e incluso bajar del carro o, con otras palabras, liberarse espiritualmente.

La explicación sistemática mas  antigua del  yoga se encuentra en el famoso texto YOGA SUTRAS de Patanjali, siglo II antes de Jesucristo. Extremadamente condensado, este texto no es, en el fondo, más que una guía que siempre tiene que ir acompañada de algunas explicaciones orales secretas. Por lo tanto para los que no han practicado o no practican muy bien el Yoga, la mayor parte de este texto resulta enigmática. De esta presentación concisa resulta que el yoga es y se mantiene en un método complejo de liberación espiritual.
En  Oriente, más que en  Occidente,  la meta de la vida es la perfección espiritual,  dicho de otra manera la maduración auténtica que lleva el ser hacia lograr el estado de sabiduría. Este modo de vivir la vida permite al ser humano liberarse del ciclo de los renacimientos y de las muertes sucesivas. El Yoga en su calidad de modalidad de liberación espiritual, juega, evidentemente, un papel central en Oriente e incluso en  Occidente ha empezado a significar algo, hoy en día. Una  realización así, sólo puede ser alcanzada a través del conocimiento previo y del control adquirido gracias a una metodología estricta, de los aspectos constitutivos del ser humano, especialmente de los que transmigran después de la muerte.  
Conforme con los textos antiguos del Oriente, una tal estructura constitutiva es el cuerpo sutil que se disuelve solo después de la liberación espiritual final cuando va a sobrevivir solamente el intelecto BUDHI, en su naturaleza propia, que es la conciencia absoluta fusionada con Dios y non condicionada o también así como dicen los textos antiguos del Oriente, el ser puro, la conciencia pura, la beatitud pura, SAT-CIT-ANANDA en el idioma sánscrito. A través de la adquisición del estado de liberación espiritual, la esencia individual suprema que es, analógicamente hablando, una chispa de Dios  Padre, que no es otra cosa que el Si Supremo inmortal, Atman en el idioma sánscrito, se identifica, sin desaparecer, con la esencia suprema inmortal espiritual Paramatman, o dicho de otro modo, con la esencia eterna, infinita de Dios  Padre.
Cualesquiera que sean las modalidades puestas en acción de diversas formas de Yoga, todas sin excepción, se refieren a la misma meta única suprema que fue descrita hasta ahora. El Yoga preconiza la profundización del conocimiento del Si e implica la concienciación plena, tanto de las diferentes energías benéficas, como de las potencialidades latentes que existen en cada ser humano. Evidentemente que estamos hablando de las potencialidades benéficas. El Yoga se refiere al uso benéfico, creador, sabio de todas las posibilidades bienhechoras que existen en nuestro universo interior con vistas a la revelación del Si Divino Inmortal Atman que está presente en su cualidad de testigo misterioso, desapegado, en el ser humano. El Yoga persigue la revelación de este Si Divino Inmortal, (Atman) de las interferencias con el Yo individual, efímero, egótico, parcial y limitado.
Tocando gradualmente la perfección en la realización de diversas técnicas y procedimientos yoga, el practicante atento y perseverante se convierte en el dueño de un conocimiento auténtico, vivido directamente e inefable y fusiona concientemente, a su voluntad con diversas energías misteriosas de la naturaleza y  de este modo  puede lograr ciertos poderes paranormales, SIDDHIS que después puede ejercitar tanto para la transformación de su propio destino, como para hacer tanto más el bien en el ámbito que lo rodea, llegando así fácilmente a ser capaz de muchas realizaciones benéficas, algunas de ellas incluso fuera de lo común en unas ciertas direcciones en las cuales  ahora se manifiesta totalmente libre, pero sin embargo al unísono con la voluntad de Dios Padre, sin infringir nunca las leyes divinas fundamentales.
Los Sabios afirman que a través del yoga “casi todo es posible pero no cualquier cosa está permitida”. A través de la práctica Yoga llevada a la perfección, el ser humano toca un estado de libertad interior pleno y así se eleva por encima de la condición humana común, alcanzando  el estado de sabiduría.
Cuando lo van a practicar se van a convencer cada uno del hecho que en la base de todas las técnicas y modalidades yoga se encuentran fenómenos extremadamente complejos de resonancia oculta que son autoinducidos y mantenidos de una manera conciente por la concentración y la concientización de estos por medio de una atención perseverante, firmemente enfocada permanentemente a lo largo del entrenamiento.

Vamos a ver ahora  en que consisten estos procesos de resonancia oculta así como se nos revelan a través de la luz de la práctica yoga.

 

La palabra RESONANCIA proviene del latín y en este idioma la palabra resonare significa repetir un sonido, o así como decimos en el lenguaje actual, alguna vibración. En el español, para traducir de una manera significativa el termino resonancia, tenemos el verbo resonar que tiene el mismo significado. En el marco de la práctica yoga cualquier proceso de resonancia es un fenómeno de iniciación o aún de amplificación de unos fenómenos energéticos sutiles, vibratorios que son de una manera consciente puestos en marcha y observados en el ser y que son producidos bajo la acción de las energías sutiles que presentan algunas frecuencias especificas de vibración o que, dicho de otro modo, tienen vibraciones muy rápidas y estas energías provienen de algunas esferas misteriosas, gigantescas de manifestación que existen, sin parar, fuera de nosotros, en el Macrocosmo.
El  desencadenamiento de los procesos de resonancia en nuestro universo interior, es posible porque el ser humano es, a su vez, un sui generis Microcosmo que reproduce en miniatura el Macrocosmo. Por consiguiente todo lo que hay en grande en todo el Macrocosmos, subsiste también en un estado latente, o sea, mas o menos despertado y dinamizado en el Microcosmo de nuestro ser.
Por ejemplo el cuerpo del ser humano es solo una parte de este Microcosmo. Este Microcosmo del ser humano contiene también algunos vehículos o cuerpos sutiles invisibles a la vista común y aún unas capas misteriosas que existen en el caso de cada ser humano, incluso entonces cuando el respectivo ser humano no sabe nada de esto.
Por ejemplo, nosotros tenemos 5 capas, pero solo una de ellas es visible. Esta capa es el cuerpo físico, que es material, y al cual podemos tocar, pero con todo esto, fuera de él existen 4 capas más que son invisibles a la vista común. Evidentemente todas estas capas tienen ciertas funciones y sirven para algo, porque su existencia no es nunca por casualidad. Todos los procesos de resonancia oculta se producen solo entonces cuando la frecuencia de vibración de algunas energías misteriosas es cercana o idéntica a una de las frecuencias con la cual el Microcosmo del yogui es capaz  vibrar al unísono y durante todo el tiempo que, gracias a su atención perseverante que  focaliza sobre el proceso de resonancia, este proceso se mantiene.
Por lo tanto cualquier fenómeno de resonancia implica unas manifestaciones extremadamente complejas debido a las cuales, las energías misteriosas sutiles, o dicho de otro modo, las ondas, que presentan una cierta frecuencia de vibración que son captadas del Macrocosmos son después recibidas en el microcosmo del ser humano. Por consiguiente, cualquier proceso de resonancia oculta es extremadamente complejo y debido a este proceso, algunas ondas, o algunas energías sutiles que presentan frecuencias exactas de vibración, indiferentemente de su naturaleza, son propagadas por un foco emisor y pueden inducir un cierto estado de vibración dentro de otro foco u otros focos o zonas de correspondencia del Microcosmo del ser humano, si una de las frecuencias propias de vibración del microcosmo del yogui es igual o muy cercana a la frecuencia de vibración con cual vibra el foco misterioso o  la esfera específica de energía infinita que existe en el Macrocosmo. Cualquier proceso de resonancia oculta aparece solo si la energía sutil llevada de su vibración correspondiente es suficientemente grande en relación con la distancia que separa aquellos dos sistemas en relación.
Los procesos de resonancia oculta surgen fulgurantemente, o con otras palabras son instantáneos porque la energía llevada de la vibración respectiva es enorme y nunca se pone el problema que aquella energía no llegue instantáneamente al microcosmo del ser que pone en marcha en su universo interior, en un momento determinado, un proceso de resonancia oculta. Por ejemplo, cuando un ser humano siente que se despierta en él el estado de amor y empieza a amar, se produce instantáneamente un fenómeno de resonancia con las energías sutiles misteriosas del amor de la esfera de fuerza gigantesca que existe en el Macrocosmos. Estas energías sutiles del amor son captadas instantáneamente, aún sin que el respectivo ser se de cuenta de esto, debido a los procesos de resonancia oculta que se ponen en marcha en el microcosmo de su ser.
En estas situaciones, tienen que saber que estas energías sutiles que son captadas tienen puntos- foco específicos en el microcosmos del ser humano. Por ejemplo en el caso de las energías del amor, este punto foco es la zona central del pecho, el llamado plexo cardíaco. Precisamente por esto el amor esta a menudo simbolizado por un corazón. Las energías del amor, tienen pues, como punto foco de resonancia oculta, el plexo cardiaco o, como es conocido por los practicantes de yoga, el Centro sutil de fuerza ANAHATA CHAKRA.
Aunque a  primera vista todos estos fenómenos de resonancia oculta parecen ser comunes, aún así, representan un gran misterio para el ser humano que llega a darse cuenta de su complejidad. Por ejemplo, muchas personas aman, muchos incluso dicen: “te amo”, pero sólo los iniciados saben desde miles de años, que en realidad la energía sutil misteriosa del amor, es atraída instantáneamente hacia el microcosmo de nuestro ser desde un foco gigantesco que existe en el macrocosmo y que esta energía es un regalo, que Dios nos ofrece para que la usemos, para que nos alegremos de esta energía fundamental y para que estemos así felices. Por eso tanto los grandes sabios, como los grandes santos han afirmado muchas veces que Dios es amor y que allí donde hay amor existe por consiguiente, simultáneamente, la presencia de Dios  Padre. Solo los iniciados saben que, de hecho, la energía sutil misteriosa del amor no nos pertenece y es atraída hacia nuestro universo interior desde el foco gigantesco de la energía infinita del amor que existe en el misterioso cuerpo de Dios Padre, que es el Macrocosmo. A través del Macrocosmos, tienen que saber que, los sabios entienden la existencia, no solo del universo físico, sino de otros dos universos misteriosos de los cuales la mayoría de los seres humanos ni se enteran del hecho que ellas existen.
A través de este ejemplo simple, entendemos la importancia de la resonancia oculta para todos los seres humanos que existen tanto en el universo físico, como en el universo astral y también en el universo causal. Desde mucho tiempo atrás los grandes sabios han descubierto, que la manifestación entera, la entera creación de Dios  Padre se basa permanentemente en procesos de resonancia. Unos de estos procesos son físicos, como por ejemplo, los procesos de resonancia que todos conocemos, como en el caso de la utilización  de un aparato de radio que sintonizamos con facilidad a un cierto puesto que emite o como en el caso de un televisor que capta por medio de una antena un cierto tipo de emisión que proviene de un puesto emisor que existe en alguna parte. Otro ejemplo común es la existencia de los teléfonos móviles. Funcionan también debido a unos procesos de resonancia. Lo que se sabe poco o incluso se ignora del todo es el hecho que, además de los procesos de resonancia que la física clásica  conoce, existen también procesos de resonancia sutil, oculta, que los iniciados  descubrieron  miles de años atrás.
A través de la practica yoga atentamente realizada y perseverantemente engranadas se puede constatar de una manera inefable, a través de una experiencia directa, la multitud asombrosa de  procesos de resonancia oculta que son asimilables con todos los fenómenos más o menos complejos, algunos de ellos aún misteriosos, que son generados por las energías sutiles que se caracterizan por una determinada frecuencia de vibración y ponen en marcha siempre algunos efectos. En algunas situaciones estos procesos de resonancia son extremadamente finos y accionan en las diversas zonas o puntos foco que existen en el Microcosmo del ser humano.
Así se produce en el ejemplo con las energías sutiles misteriosas del amor que las sentimos espontáneamente en la zona del plexo cardiaco. Aún que no nos quede claro de que se trata, de hecho, estamos percibiendo un proceso de resonancia oculta. La multitud de los fenómenos y de los efectos que se constatan entonces están causados por las energías sutiles moduladas que son recibidas directamente por medio de estas ondas que provienen de sistemas o focos energéticos colocados fuera de nosotros en el Macrocosmo y estos focos contienen en ellos energías infinitas.
Es importante saber que siempre aquellos focos vibran con una frecuencia cercana a las vibraciones del foco correspondiente que existe en el Microcosmos interior del yogui, que puede ser considerado un verdadero resonador, porque es capaz de entrar en vibración al unísono, debido a los fenómenos de resonancia, cuando el respectivo foco es excitado, o dinamizado a través de las energías sutiles que tienen la misma frecuencia de vibración. Estas energías sutiles que tienen una cierta frecuencia vibratoria son a la vez portadoras de informaciones llenas de sentido y de armonía. Este proceso de resonancia oculta es máximo en el caso de igualdad de estas frecuencias de vibración, tendiendo a mantenerse indefinidamente si se mantienen constantes los factores que ponen en marcha los procesos de resonancia.
Por ejemplo la atención que está enfocada firme y continuamente sobre un fenómeno de resonancia oculta que aparece en nuestro universo interior y que a menudo se pone en evidencia por medio de un cierto estado, como por ejemplo la aparición de un estado de amor, va a ser siempre esencial desde este punto de vista, porque va a hacer que sean captado por nuestro universo interior el mensaje y las informaciones especificas que están vehiculadas por aquella energía. En el caso de nuestro ejemplo, el amor.
La practica yoga atenta y perseverantemente realizada, permite constatar que en el tiempo del mantenimiento del estado de resonancia oculta se produce un traslado ininterrumpido de energía específica y a la vez se toman unas ciertas informaciones del sistema o el foco excitador que existe en el Macrocosmo, que son transferidas al foco o al centro especifico correspondiente que existe en el universo interior del yogui o, dicho de  otra manera en su Microcosmo interior.
Desde el momento en que se pone en marcha el proceso de resonancia interior, en el ser del yogui aparece como efecto especifico un estado correspondiente con la energía sutil misteriosa que es recibida y la amplitud de las energías sutiles, que tienen unas ciertas frecuencias de vibración, así como son percibidas gracias a la concienciación, dicho de otro modo, debido a la focalización firme de la atención en nuestro universo interior, crece muchísimo, presentando un máximo característico que va a permanecer inalterable si la focalización y la concentración interior del yogui son constantes. En la práctica yoga de cada día los procesos de resonancia son unos fenómenos constantes que son muchas veces claramente perceptibles. Las técnicas y los procedimientos yoga, como por ejemplo los ASANAS o las técnicas específicas de meditación yoga profunda, persiguen usar solo en un sentido benéfico, creador, equilibrante, el desencadenamiento de estos procesos de resonancia que contribuyen plenamente al perfeccionamiento y a la integración del ser humano que los practica en la armonía universal divina. Un ejemplo es el amor y nuestra entrada en resonancia con la energía sutil misteriosa del amor, hace que esta energía sea captada instantáneamente en nuestro universo interior, con todas las ventajas, las alegrías y los cumplimientos profundos que  pone en marcha.
El fenómeno de resonancia puede ser constatado experimentalmente por cualquiera de vosotros, utilizando un piano y teniendo apretado el pedal derecho de éste, mientras que  otra persona va a emitir desde la cercanía del respectivo piano un sonido que tiene que ser bastante poderoso, por ejemplo un “LA” vocal. Se va a constatar entonces que el piano reproduce, debido a la puesta en marcha de un proceso de resonancia muy claro exactamente el mismo sonido, porque la cuerda correspondiente de este la vocal entra espontáneamente en vibración, poniéndose en marcha este proceso debido a las ondas sonoras vocales. Analógicamente hablando, en nuestro ejemplo, la voz que emite el LA es una de las voces escondidas, gigantescas que existen en el Macrocosmo y el piano, en este caso, es nuestro propio universo interior, el Microcosmo de nuestro ser que va a vibrar en una cierta zona correspondiente (en el caso del ejemplo con el amor, en la zona del plexo cardíaco) nada menos que su cuerda específica va a ser correctamente afinada.
Así el ser humano respectivo va a experimentar esta vibración a través del enfoque de su atención y de la concentración y todos estos van a hacer posible la aparición y el mantenimiento inalterable del fenómeno de resonancia oculta. Por medio de este ejemplo, aparentemente común, podemos ser en cualquier momento los testigos de la ejemplificación clara de un estado de unísono que aparece por la afinación, o con otras palabras por el arrancar de un proceso de resonancia. Este proceso de  afinación o de resonancia, podemos decir que es característico para los fenómenos misteriosos que son constatados de una manera constante en la practica yoga.
El entendimiento analógico de este experimento al alcance de cualquiera, que se realiza con la ayuda de un piano, nos permite intuir el secreto fundamental que se encuentra desde miles de años en la base del sistema milenario yoga. En su lugar, los grandes sabios del Occidente, observando mas claramente la importancia de los procesos de resonancia oculta, han indicado: “Conócete a ti mismo y así vas a conocer el Macrocosmo entero, junto con sus fuerzas benéficas, misteriosas, que van a ser descubiertas aún en tu propio microcosmos.” Esta sentencia que existía en el frontispicio del templo de Delfos, fue citada  después  también por Sócrates que en su lugar dijo lacónico: “Conócete a ti mismo.” A su vez, los grandes sabios de Oriente han expresado,  miles de años atrás la misma verdad pero de una forma en cierto modo diferente, diciendo: “Todo lo que se encuentra aquí, en el Microcosmo de nuestro ser se encuentra por doquier en el Macrocosmo entero. Todo lo que no existe aquí, en el Microcosmo de nuestro ser, no se encuentra en ninguna parte en el Macrocosmo entero.”
Debido a la complejidad y a su profundidad, muchas veces insospechada del hombre común, el yoga es poco accesible al entendimiento humano vulgar, sobre todo si tenemos en cuenta el hecho que todo lo que es  recibido al principio teóricamente va a ser concienciado, o reflejado interiormente en una estrecha conexión con la naturaleza personal de aquella persona que recibe al inicio estos aspectos teóricos. La relación entre el objeto o el ser que sigue conociéndose y el sujeto conocedor presenta una diversidad casi infinita de posibilidades de reflejarse que es muy natural en el caso de los seres humanos que todavía no han logrado el estado de perfección espiritual que esta seguido como una consecuencia efectiva del estado de sabiduría. Todo esto es posible porque muchas veces el conocedor conoce más o menos, segun su grado de despertamiento y de perfeccionamiento de sus propias posibilidades interiores, o con otras palabras, según su frecuencia dominante de vibración que es característica de su modo de existencia.
Mirando la realidad de este punto de vista, es evidente que siempre la conciencia humana que no ha logrado todavía el estado de perfección espiritual, integra o refleja la verdad en la esfera de sus propias posibilidades limitadas, especificas de ponerse al unísono, que se acerca muy poco del estado de perfección divino que ha sido alcanzado por un gran sabio o un yogui realizado espiritualmente. Sabiendo esto, se puede afirmar que el yoga va a poder ser entendido así como es debido, solo por aquel que ya lo practica y que ha llegado a un cierto grado de transformación interior.
En esta dirección, es por eso necesario mencionar que un gramo de práctica en el yoga vale más que toneladas de teoría estéril. El semidoctismo, la ignorancia, la superficialidad, la prisa de poner etiquetas, hacen imposible el entendimiento objetivo de este sistema perfecto que se nos revela solo por medio del gramo de práctica. En la antología sánscrita, el genial poeta rumano George Cosbuc, traduciendo un cierto párrafo de los libros de la sabiduría, los Vedas, a través de los siguientes versos: “Fácilmente manipulas a un  mentecato, pero más fácilmente a aquel con mente. A un semidocto, ni tu Padre ni los dioses del cielo, no pueden conducirlo.”

Academia Espiritual de Yoga ANANDA